El artilugio emplea una cámara de 3 centímetros oculta en unas gafas de sol que se encarga de captar imágenes, estas se envian a una unidad de control manual y desde alli las mandan a su vez a un sensor con forma de piruleta que el que el usuario se coloca en la lengua. Este sensor consta de unos cuatrocientos electrodos, que se activan dependiendo de la cantidad de luz que reciban y que convierten las imagines en impulsos eléctricos, provocando una sensación de hormigueo.
Para distinguir las imágenes, el usuario tendrá que regular la unidad de control y desarrollar cierta práctica, similar al hecho de montar en bicicleta, según aseguran sus creadores.
Firmado: Navy
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